Es frustrante cuando un cliente se queja de que no se le ha ayudado en su proceso, cuando en realidad él o ella simplemente no califican bajo ninguno de los programas vigentes, bien sea un permiso temporal o para residencia permanente. Pero más aún es frustrante encontrarse con que personas no autorizadas para dar consultoría en casos de inmigración les venden la idea de que todo es posible.
Algunas veces hemos recibido en la oficina la respuesta de “a usted no le gustan los casos difíciles”. ¿Y a quién sí? A todos los profesionales, independientemente del área en la que trabajemos, nos gustaría que los casos que representáramos fueran fáciles, sin complicaciones. ¿O hay algún arquitecto al que le gustaría que el suelo sobre el que construye de repente se hundiera o resultara con problemas de estabilidad?
Pero la realidad es que no hay ningún caso de inmigración que esté libre de presentar complicaciones durante el proceso, bien sea porque algo inesperado le ocurre al candidato o porque el oficial que revisa el caso comete un error en la evaluación y llega a una conclusión equivocada generando la necesidad de una re-aplicación, solicitud de reconsideración o apelación. Contrario a lo que muchos creen esto pasa con bastante frecuencia.
En inmigración hay leyes, políticas y manuales que se escribieron para enmarcar lo que se puede o no se puede hacer, quien puede y quien no puede solicitar uno u otro permiso o visa para Canadá y que documentos hay que presentar como soporte de que se cumple con los requisitos; y los pocos lineamientos que no están en las Actas y Manuales, se encuentra en los casos fallados en las Cortes.
Por ejemplo, en el caso de los Trabajadores Calificados Federales hay que tener como mínimo ingles a nivel 7 en el estándar Canadiense y para recibir la invitación a Aplicar a través del Express Entry hay que tener el puntaje mínimo establecido por el gobierno para los sorteos. No hay nada que un abogado o consultor de inmigración Canadiense pueda hacer si el candidato no cumple con los requisitos exigidos, asumiendo que este candidato no ha estado nunca en Canadá.
Igual pasa con las solicitudes a través de la Clase de Experiencia Canadiense, si el candidato no tiene el nivel de inglés exigido no hay razón para poner el perfil en el Express Entry. Tal vez se pueda, dependiendo de cada caso en particular, presentar una solicitud por Humanidad y Compasión, pero eso no significa que todos los que no cumplan con los requisitos de idioma o experiencia vayan a ser aprobados bajo Humanidad y Compasión.
El concepto de que Canadá está buscando gente para repoblar el país es completamente equivocado. Canadá no necesita más gente, somos casi 40 millones de habitantes; lo que el país necesita es nuevos inmigrantes con unas destrezas específicas y sobre todo con la facilidad de adaptación que les permita asentarse rápidamente en el país.
Esto no significa que “tengan las ganas de hacerlo” o que estén “dispuestos a trabajar en cualquier cosa” significa que por idioma, edad, educación y experiencia laboral, sus opciones de encontrar un trabajo sean buenas y por ende minimizar el riesgo de que retornen a sus países después de haber tratado infructuosamente de establecerse en Canadá con un nivel de vida por lo menos equiparable al que tenían en sus países.
Canadá está buscando personas que hablen inglés o francés y que sean jóvenes; que tengan vínculos con Canadá representados en familiares, en haber vivido previamente en el país como estudiantes o como trabajadores extranjeros o que tengan una oferta de trabajo; y empresarios que quieran invertir en Canadá. Pero como dije anteriormente, el simple hecho de “querer” no significa que se pueda alcanzar la meta de obtener la residencia permanente en Canadá o la visa que se está solicitando. Los requisitos hay que cumplirlos.
Tal vez las respuestas más peligrosas que puede recibir una persona que quiere inmigrar a Canadá son “podemos intentarlo”, “haremos lo que podamos” o “le garantizamos que obtendrá su visa o residencia”. Para quienes contratan un abogado por cargos de asesinato, el abogado lo que puede hacer es obtener la menor sentencia posible y eso para el cliente ya es una victoria; pero en inmigración no hay decisiones intermedias; no hay provisiones en el Acta de Inmigración que digan “no alcanza el puntaje necesario para ser invitado a aplicar para residencia permanente pero como nos parece un buen candidato entonces vamos a darle un permiso de trabajo”. Es cierto que un consultor de Inmigración o abogado responsable no puede garantizar que la solicitud sea aprobada ya que la decisión final depende únicamente del Ministerio de Inmigración, Refugio y Ciudadanía de Canadá; pero le darán al solicitante la información de cuáles son los posibles escenarios que se pueden presentar y basado en ello el solicitante puede tomar la decisión de iniciar o no el proceso de Inmigración.
En mi opinión el peor error que puede cometer una persona que quiere inmigrar a Canadá es dejarse llevar por las emociones y creer en quien “garantiza” resultados.
Recibir como respuesta que no se cumple con los requisitos ciertamente no es lo es esperado, pero puede ser el punto de partida para presentar una solicitud que pueda llegar a ser aceptada. Un “no” ahora no significa un “no” para siempre y menos en este momento donde se esperan cambios en los programas de inmigración a Canadá. Pero ciertamente es mejor recibir un “no” antes de haber hecho un giro de dinero que haber creído en una “garantía” de resultados sólo para darse cuenta después de que la compañía o el representante no existen.
Claudia Palacio., RCIC
ICCRC R 416911
*Claudia Palacio es Consultora de Inmigración Certificada y colaboradora de este semanario. Pueden dirigir sus preguntas a claudiap@filici.com