Detectar las demandas sociales y transformarse en función de las nuevas generaciones es imprescindible para las corporaciones. Pretender que los nuevos trabajadores se adapten sin más a la estructura empresarial es un grave error. También las corporaciones deben adecuarse a las nuevas generaciones y aprender a convivir sin conflictos entre personas con perfiles muy distintos e intereses muy dispares.
Muchas de las profesiones que hoy existen van a desaparecer y otras que ni siquiera imaginamos surgirán con fuerza. Tenemos que adaptarnos a los nuevos retos y al talento joven sin choques generacionales, sin pensar en que solo lo que aprendimos en el pasado es válido e inmutable. Nada tienen que ver los baby boomers (los nacidos entre 1949 y 1968) con la generación X (de 1969 a 1980), ni estos con los millennials (desde 1981 a 1993), que han crecido rodeados de tecnología, y, ni mucho menos, con la llamada generación Z (jóvenes de alrededor de 20 años, ya nativos digitales).
Captar y retener el talento de los nuevos trabajadores es un reto para los líderes empresariales. Si no lo afrontan con éxito, corren el riesgo de frenar su progreso. ¿Cómo adaptar las empresas a las nuevas generaciones?
1 – Entender que la visión a largo plazo no es la única posible. Los jóvenes se han criado al ritmo de la tecnología y por eso su manera de concebir el mundo se centra en la inmediatez. Saben que todo cambia y que lo que hoy es válido mañana mismo va a quedarse obsoleto.