En las columnas de las últimas dos semanas he escrito sobre el riesgo que corren en esta época de navidad y año nuevo las personas que viven sin estatus migratorio en Canadá. Esto, debido a la acostumbrada campaña que implementa la Policía, conocida como RAID (Report All Impaired Drivers), mediante la cual busca reducir el número de accidentes de tránsito que suceden y que son producidos por conductores ebrios.
Esta situación obviamente genera preocupación en las comunidades inmigrantes, y especialmente entre aquellas familias que tienen parientes que carecen de estatus en el país, dado que sus familiares podrían ser sujetos de una deportación.
En preparación para una situación como ésta, quiero explicar en esta columna qué es lo que se puede hacer si una persona indocumentada es detenida por las autoridades policiales o por oficiales de los servicios fronterizos y es llevada a un centro de detención.
Hay personas que llegaron al país escapando de situaciones peligrosas y tienen la intención de pedir refugio en Canadá. Si una persona en esta situación ha sido llevada ante los oficiales de Inmigración, y si considera que se encuentra en peligro al ser regresada a su país de origen o al país de donde vino, éste es el momento de pedir refugio. Es decir, tan pronto como empiece a hablar con el oficial de Inmigración, le debe dejar saber que no puede regresar a su país de origen porque tiene temor de ser perseguido, y en ese momento se pide refugio.
Hay que tener en cuenta que una persona, después que se le da una orden de salida, no puede pedir refugio en el país, por lo que es súper importante recordar que, si lo detienen y su vida corre peligro en su país de origen, lo primero que debe considerar es hacérselo saber de inmediato al oficial ante quien lo han llevado. Una vez que la persona pide refugio en Canadá se le dará la oportunidad de realizar todo el proceso de refugio, y si se llega al fallo de que la persona no es refugiada o que no llena los requisitos de que es una persona que necesita protección, en ese momento se continuará con los procesos de salida. Si la persona es aceptada entonces podrá iniciar el trámite de residencia permanente.
Una vez que está en el centro de detención, independientemente de si ha pedido refugio o no, el detenido tiene el derecho a tener una revisión de la detención por un oficial de Inmigración dentro de un periodo de 48 horas. Un oficial superior de Inmigración puede decidir poner a la persona en libertad sin tener que ir ante un miembro de la división de Inmigración que juega el rol de juez.
Para este caso, es muy importante tener a mano a un ciudadano canadiense o a un residente permanente que conozca a la persona y que pueda ejercer algún tipo de poder sobre ésta, para asegurarse de que cumpla las condiciones que se le van a imponer para ser puesto en libertad. Es importante también que haya un monto de dinero en efectivo, aproximadamente entre 4 mil y 5 mil dólares, para dejarlos como depósito para poner a esta persona en libertad.
Teniendo a mano esos dos elementos se puede negociar directamente con el oficial de inmigración que se encuentra en el centro de detenciones y tratar de sacar a esta persona en ese periodo de 48 horas. Si no se logra conseguir la puesta en libertad después de las 48 horas, lo más pronto posible tiene que haber una revisión de la detención, que es donde el detenido va frente a un miembro de la división de Inmigración y es ese funcionario quien decide si se lo pone en libertad o no.
Este miembro de la división de inmigración no tiene poder para decidir nada más que si lo pone en libertad o no, y eso se basa en tres factores únicos y esenciales:
- El miembro de la división de Inmigración tiene que ver si esta persona es un riesgo para la sociedad en términos de que si es una persona violenta y si la pone en libertad puede ser un peligro para la sociedad canadiense.
- Debe corroborar si la persona tiene identificación, pasaporte o si Inmigración tiene el pasaporte.
- Debe decidir si la persona tiene un riesgo de vuelo, es decir que ‘se pierda’, que se quede de manera indocumentada en el país en el momento en que quede en libertad.
Estos son los únicos tres factores que este juez puede decidir. Entonces, de nada le vale al detenido argumentar que no puede regresar a su país porque corre peligro, argumentar que tiene a su familia en Canadá, etc. De hecho, cuanto más énfasis haga sobre el hecho de que no puede irse de Canadá, más razón le está dando a este “juez” para que no lo ponga en libertad.
En este sentido, lo mejor que se puede hacer es tratar de salir del centro de detenciones en el periodo de 48 horas, y para ello hay que cooperar con la Policía y con los oficiales de Inmigración, y hay que tratar de negociar la salida en las primeras 48 horas.
Si esto no se logra hacer, hay que ir a la audiencia preparados para hacerle entender al juez que la persona va a cumplir con las condiciones que él le indique, aunque sea la condición de regresar al país de origen, porque si no lo hace le estará dando más razones para que lo mantenga detenido.
Si la persona no logra salir en esta primera revisión, habrá otra revisión en 7 días posteriores, en la cual se puede intentar nuevamente conseguir a una persona que ponga una garantía y se va ante un nuevo juez. Si tampoco se logra salir en esa revisión, habrá otra en 30 días, y así sucesivamente cada 30 días.
Un elemento muy importante en todo este proceso es conseguir a alguien que pueda representar legalmente al detenido, no tiene que ser necesariamente un abogado o un consultor de inmigración, hay clínicas legales que hacen este trabajo gratis y que pueden enviar a un representante para que lo asista en ese momento.
Eso es básicamente lo que se puede hacer una vez que una persona indocumentada es detenida y presentada ante los oficiales de Inmigración. Por lo demás, lo más indicado es tomar las precauciones necesarias para asegurarse de no estar en lugar equivocado en el momento equivocado en estas festividades.