Todo parece indicar que el área de la inmigración y sus procesos incentivan el fraude a distintos niveles. Esta semana hemos observado dos hechos que claramente indican la forma en que algunas personas se aprovechan de los temas migratorios.
El primero es el caso de una persona que actuaba como consultor en casos de inmigración sin tener licencia para hacer el trabajo. A esta persona no solamente se le han hecho cargos bajo el Acta de Inmigración, sino que también le impusieron cargos penales por actuar como consultor de inmigración sin tener las certificaciones para serlo.
También hemos sido testigos del caso de cuatro jóvenes de quienes no se conoce la nacionalidad pero que aparentemente tenían acento irlandés, quienes estaban cometiendo fraude al ofrecer hacer trabajos de pavimentación de las entradas para los coches en los hogares, sin tener permiso de trabajo y además sin tener la intención de hacer el trabajo. Simplemente les estaban robando el dinero a los clientes.
En el primer caso, el hombre que actuaba como consultor de Inmigración sin estar autorizado para ello tiene estatus migratorio en Canadá. Pero la ley es bien clara al establecer que para que una persona pueda hacer trámites de inmigración debe ser abogado o consultor de inmigración.
La ley también es clara que cuando una persona hace una solicitud para el Departamento de Inmigración, cualquiera que sea, si hay alguien a quien le está pagando por los servicios, esta persona que está siendo pagada debe dejarlo bien claro ante el Departamento de Inmigración. De hecho, el cliente tiene que llenar un formulario autorizando al Departamento de Inmigración para que le proporcione información sobre su caso a esta persona pagada.
En este contexto, es importante saber que el cliente que se presta para ayudar a alguien que no tiene licencia para practicar leyes migratorias, como en el caso de este señor que ya fue capturado, puede también recibir cargos por falsa representación. Y un cargo por falsa representación que se le haga a un cliente significa que el caso de este cliente va a ser rechazado y que el cliente va a ser penalizado por cinco años durante los cuales no va a poder hacer ningún tipo de solicitud migratoria en Canadá.
En el caso de este falso consultor, lo más probable es que se le imponga una multa o se le envíe a la cárcel, y si es enviado a la cárcel puede purgar una pena de hasta dos años, que es lo establecido por actos en contra de la Ley de Inmigración.
En el otro caso, el de jóvenes que estaban haciendo contratos falsos para arreglar las entradas para los coches en los hogares y que además estaban infringiendo la ley porque no tenían ningún tipo de permisos para trabajar en el país, se sabe que uno de ellos ya fue deportado de Canadá por laborar sin permiso de trabajo. Esto significa que esa persona no va a poder regresar nunca a Canadá sin antes obtener un permiso especial para poder hacerlo.
En realidad, el delito de estos jóvenes es una combinación de infringir la ley de inmigración y fraude contra las personas a quienes les estaban ofreciendo un servicio que no tenían intención de proveer, por lo que además del proceso penal van a tener que enfrentar también un proceso migratorio.
Estos dos crímenes han llamado la atención de las autoridades durante las últimas semanas, y han seguido un proceso de penalización, por lo cual nos hemos enterado de ellos. Sin embargo, hay muchos otros crímenes similares que se dan a diario dentro de las comunidades inmigrantes, los cuales por distintos factores no salen a luz pública, y por lo tanto no nos enteramos de ellos.
Por ejemplo, conozco el caso de una familia a la que un consultor le dijo que podían venir a Canadá como empresarios, cuando en realidad el programa de empresarios federal esta cancelado desde hace rato. A esta familia la hicieron entregar 40 mil dólares para comprar un negocio y este no se compró, el proceso migratorio no se ha hecho porque no hay ningún programa de empresarios, y particularmente no hay ningún programa de negocios con el que se pueda acceder a la residencia permanente con 40 mil dólares.
La persona que supuestamente los iba a ayudar se quedó con el dinero, se niega a devolvérselos y los afectados se encuentran en Canadá sin estatus, con 40 mil dólares en perdida, y con el temor de que este estafador los pueda reportar a Inmigración y los deporten.
Este es un problema muy serio que le sucede a muchas personas, sobre todo a aquellas que se encuentra en el país de forma indocumentada, quienes son estafadas también por sus empleadores que no les pagan por el trabajo que han hecho, y que no lo denuncian porque tienen miedo que los saquen del país.
Pero hay también otros crímenes que se escapan a la justicia porque de alguna manera se hacen de forma legal. Estos son, por ejemplo, cuando un cliente va a asesorarse y el profesional, sabiendo y teniendo muy claro que la persona no califica, le recomienda hacer un trámite que sabe desde el principio que no va a tener ningún resultado positivo.
Pero lamentablemente, si el cliente está de acuerdo en hacer ese proceso, no se considera que el profesional haya hecho nada malo. No obstante, la realidad es que como profesional uno sabe cuándo el puntaje da para que una persona califique o no como trabajador calificado, y cuándo un puntaje es suficiente para que alguien pueda poner su perfil en el sistema Express Entry con la posibilidad de ser invitado para la residencia permanente.
También, hay muchos casos en que una persona quiere hacer un trámite por razones humanitarias, el profesional se da cuenta de que la persona no tiene posibilidades de ser aceptada, pero de todas maneras procesa los casos y cobra el dinero. Esto de alguna manera también es fraude y estafa, pero como hay un contrato de por medio y el cliente estuvo de acuerdo en el proceso, generalmente no se puede tomar medidas en contra del profesional que cometió esa estafa.
Sobre la base de todo lo anterior, es de vital importancia la responsabilidad del cliente en asesorarse muy bien, en asegurarse de que el profesional que lo esté atendiendo esté autorizado para representarlo. Es fácil averiguar a través de Internet si efectivamente es un abogado o un consultor de inmigración.
Esto se hace en las páginas web de la Asociación de Abogados y en la de Consultores de Inmigración, donde aparecen las listas de las personas habilitadas para practicar leyes de inmigración, así como también aparecen las listas de aquellos que, habiendo sido abogados o consultores, ahora están suspendidos para practicar.