Ya sea por las circunstancias actuales, por necesidades personales o bien por exigencias empresariales, trabajar en casa requiere una buena gestión emocional.
Nos gusta estar con gente, tomar un café con los compañeros, intercambiar impresiones, conversar sobre nuestros pareceres, cooperar con el equipo. Incluso en los trabajos que requieren concentración y silencio, hay momentos en los que necesitamos socializar, reunirnos, compartir.
Trabajar desde casa tiene sus ventajas, pero también inconvenientes como la soledad, la desmotivación y el incremento de la ansiedad. No todo el mundo es organizado ni disciplinado, ni disfruta de estar consigo mismo. Por eso, las empresas tienen que facilitar soluciones adecuadas que integren a todo tipo de trabajadores y saber gestionar adecuadamente su trabajo a distancia.
- Brindar tecnología. La comunicación es lo más importante para rebajar los niveles de ansiedad. Y no basta con hablar: hay que verse, aunque sea mediante una cámara. Las corporaciones deben facilitar buenos sistemas de cooperación con equipos tecnológicos y programas que permitan que todos se vean y se escuchen correctamente, que faciliten las reuniones online para contrastar, aportar ideas, enriquecerse con las de los demás, empatizar, reírse juntos, compartir pareceres y mejorar los procesos. Eso permite elevar la moral del equipo y mantener el sentido de pertenencia. Si no son posibles los abrazos físicos, sí deben serlo los digitales.
- Establecer horarios. Quien trabaja en casa debe levantarse más o menos a la misma hora y sentarse a trabajar con horario igual que si lo hiciera en la sede de su empresa. Hay que fijar una hora para comer y no hacerlo cuando se pueda. La rutina es importante para obligarse a seguir una disciplina diaria. Llevar una buena agenda como Google Calendar, listas de tareas con aplicaciones como Evernote o Keep… o bien como las de toda la vida, con papel y bolígrafo, resulta primordial. Es necesario también establecer descansos a lo largo de la jornada, levantarse de la silla de vez en cuando y parar cuando se cumpla la hora. Ah, y no revisar el correo de trabajo justo antes de irse a la cama.