1- Escribe aquellas experiencias personales vividas en el año que pudieron dejarte algún aprendizaje. No omitas ninguna. Luego de esto, reflexiona una por una ¿Para qué me serán útiles estas experiencias?
2- Recuerda las situaciones, lugares o personas, que a lo largo del año te hicieron feliz, te impulsaron o motivaron. Luego de esto, escríbeles un mensaje de agradecimiento a cada uno de ellos. No te olvides de ti.
3- Escribe pensamiento, creencias, ideas o formas de actuar que te acompañaron este año y que no te dieron resultados positivos. Luego reflexiona sobre ellos y pregúntate ¿qué tanto influyeron en tu realidad?
4- En base en la actividad anterior, identifica aspectos internos que te gustaría mejorar. Luego escribe ¿cómo beneficiaría tu vida? Y sobre todo, ¿qué podrías hacer para mejorarlos?
5- Proyéctate para el 2020, pensando en cuál es el estado emocional ideal que quieres alcanzar, plantéate cuáles serán tus principales metas y sueños, e imagínate, luego de esto, alcanzando tus objetivos.
6- Uno de los puntos más importantes. Cierra ciclos pero de forma consciente. Reflexiona en ¿qué sientes que quedó inconcluso y que necesita un cierre? Cada una de estas experiencias escríbelas en un papel y despídete de ellas agradeciendo por la experiencia.
7- Repasa cada uno de los retos realizados y reflexiona nuevamente en cada uno de ellos. Luego de esto, realiza un mapa de sueños en el que coloques dibujos o fotos de tus objetivos, añade emociones a cada sueño y lo cuelgas es tu pared para no perderlos de vista.
Esta forma divertida pero nutrida de hacer una limpieza interna y de renovar las baterías te servirá para abordar el 2020 con mejores energías y una mente más despejada y enfocada.
(Foto: Zachary Nelson)