Las posadas son una tradición que ha perdurado a lo largo de los años en México, en ellas se recuerda el peregrinaje de la Virgen María y San José en su viaje de Nazaret a Belén buscando posada, debido al pronto nacimiento del niño Jesús. Se llevan a cabo durante 9 días, en referencia a los 9 meses de embarazo de la Virgen María.
Los invitados llegan a la casa donde se realizará la celebración alumbrándose con velas o luces de bengala y pidiendo posada por medio de cánticos tradicionales. El lugar se adorna con faroles y manteles de papel picado
Para la procesión, los invitados forman una fila y cantan los párrafos de la letanía, al frente de ellos deben ir los Santos Peregrinos. Luego, deben dividirse en dos grupos: el primero pedirá posada afuera de la casa y el segundo se colocará dentro de ella para responder a los cantos y dar posada.
La música y el baile son esenciales, tanto como la piñata en forma de estrella de siete picos, que representa los siete pecados capitales. Romperla simboliza el triunfo del bien sobre los pecados.
En una posada mexicana nunca deben faltar:
- Peregrinos.
- Libro de letanías.
- Velas.
- Colación.
- Silbatos.
- Canastas de papel o de palma.
- Piñata.
- Soga o mecate.
- Frutas o relacionados: cacahuates, mandarinas, limas, tejocotes, caña, etc.
- Luces de bengala.
- Papel picado.
La parte final de la posada es una cena con los invitados en la que, entre otros platos tradicionales, suelen incluirse los tamales, los buñuelos, el atole y el ponche de frutas.
Las posadas son una costumbre que reúne amigos y familiares alrededor de la alegría de la Navidad, son momentos en los que la cultura mexicana se manifiesta y despliega todo su colorido y profundas raíces históricas.
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