Una sociedad en la que el talento de los trabajadores de más de 50 años no se valora, pierde valor y resulta tremendamente injusta. A menudo se prefiere jubilar a personas que no han cumplido los 60 y contratar a jóvenes, a los que por supuesto, hay que dar oportunidades, pero no a costa de renunciar al talento de los mayores.
Los avances médicos y científicos han elevado considerablemente las expectativas de vida en condiciones de plenitud. Es normal que las personas que se jubilan con 65 o 67 años estén en plenas capacidades físicas y mentales.
A diferencia de lo que ocurre en Europa y en buena parte de Latinoamérica, en Estados Unidos se valora más a los trabajadores sénior, donde no es raro que muchos jubilados vuelvan para liderar proyectos especiales, limitados en el tiempo o para contratos eventuales.
Me gusta esta flexibilidad que permite elegir opciones de colaboración y beneficiarse así del talento de los veteranos. Pero, para llegar a esto, tenemos que hacer un trabajo de cambio de mentalidad, barrer los prejuicios sociales.
Por un lado, los jóvenes creen que los mayores carecen de habilidades informáticas, que son incapaces de adaptarse a los continuos cambios tecnológicos y que encima suelen estar mejor pagados. Tienen algo de razón.
Por otra parte, los mayores opinan que los jóvenes son ignorantes en todo lo que no sea su especialidad, que carecen de experiencia laboral y que actúan con prepotencia. También tienen algo de razón.
Sin embargo, es un error plantear "tú o yo". Estoy segura de que las empresas que excluyen a los mayores lo van a pagar caro en los próximos años. En mi opinión, la mezcla generacional es muy beneficiosa porque permite…
Luchar contra la discriminación
Ser mayor no es una condición de nacimiento. Si somos afortunados, también llegaremos a ese estado. Los departamentos de recursos humanos deben trabajar para acabar con la discriminación por razones de edad.