Se suele pensar que una máquina tragaperra es como jugar a la lotería; aunque hay muchas similitudes, no se debe de ver cómo lo mismos. Los dos ámbitos están fuera de toda lógica algorítmica (es decir, que analizando los resultados anteriores no podremos ser capaces de predecir el siguiente). No existiría una relación entre los acontecimientos del pasado con los que todavía no se han producido.
Pedro Zufiria, un eminente catedrático de matemática aplicada a las TIC de la UPM (“Universidad Politécnica de Madrid), asegura que no existen variables que afecten a las bolas, ni tanto dentro, ni tanto fuera del bombo. También ha declarado que no vale la pena perder el tiempo analizando sorteos pasados, ya que no tendrán ningún efecto sobre el futuro.
Sin embargo, aquí es donde empiezan a aparecer las casualidades que nos hacen pensar que podría haber algo más. Cuando llega la Lotería de Navidad, son muchos los expertos en probabilidad los que se lanzan a intentar adivinar cuál será el número agraciado. Y aunque la probabilidad de que una administración de lotería se haga con el número ganador es la misma que cualquier otra, es muy curiosos que los números agraciados se repitan continuamente en las mismas administraciones.
También hay que recordar que a mayor cantidad de números que se venda en una administración, más probabilidad habrá de que uno resulte premiado.
Según los datos que se manejan, el juego es un sector muy rentable en España: en tan sólo 2016 se generaron casi 4000 empleos nuevos gracias a este sector; se calcula que hoy por hoy da de comer a unas 84.000 personas.
Ahora bien, si el azar lo es todo… ¿Por qué hay tantos métodos y estrategias relacionadas con casas de apuestas y casinos online? La verdad es que estas estrategias funcionan, pero no incrementan nuestra probabilidad de ganar, si no que reducen la posibilidad de pérdida. Puede parecer lo mismo, pero es algo completamente diferente.
La idea de estos métodos es manejar todas las posibilidades y contemplar las pérdidas. En el caso de que tengamos una racha perdedora no nos arruinaremos, y podemos apartarnos un tiempo para recuperarnos.
En conclusión, el uso de macrodatos (o uso de Big Data), pueden ser muy prácticos para estudiar ciertos comportamientos, para predecir el tiempo, enfermedades, incluso para anticipar la forma de actuar de las personas, pero en ningún caso se pueden emplear para juegos de azar. Si lo intentásemos hacer, no tardaríamos en darnos cuenta de que no existe ningún valor mesurable en el que nos podamos basar para obtener resultados.
Al fin y al cabo, el azar seguirá siendo eso: azar.
Fuentes:
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