Juan Manuel Santos gana el Premio Nobel de la Paz

El resultado del plebiscito del 2 de Octubre trae varios puntos de reflexión y aprendizaje

Catalina Chaux
Calgary · Publicado el: 8 octubre, 2016

En Colombia, nos atropellan los acontecimientos… a veces pasan tantos, tan rápido, que es difícil digerirlos y acaba por no pasar nada.

El resultado del plebiscito del 2 de Octubre trae varios puntos de reflexión y aprendizaje. Es evidente que no había un plan B. Ni los del SI esperaban perder ni los del NO esperaban ganar, lo cual es absurdo porque al participar en un acto democrático como las elecciones, las dos cosas pueden suceder. Esto va ligado a que hay una premisa básica: uno no pregunta lo que no quiere que le contesten y si pregunta, debe estar preparado para aceptar cualquiera de las dos opciones.

 Realmente no ganó la mayoría, el NO es la mayoría de la minoría. La gran mayoría fue la abstención que aunque es más o menos la misma de otras elecciones, si hace reflexionar en por qué la indiferencia es tan grande y raya en la indolencia. Muchos tienen arrepentimiento a posteriori que de nada vale. El reto sigue siendo el mismo: como motivar y facilitar para que esos cerca de 21’800.00 sean más participativos?

 La desconexión entre el país urbano y el país rural es demasiado grande y esta brecha hay que trabajarla.

 La pregunta era clara en el sentido en que se buscaba el apoyo con un sí o no a los acuerdos, no a la paz en sí misma, aunque parezca lo mismo. No creo que haya alguien en Colombia que no quiera la paz, que prefiera que haya más violencia, victimas y derramamiento de sangre. Este es un llamado de atención para todos y un reto grande para entender que todos tenemos la responsabilidad de contribuir y construir la paz. Para ello es necesario buscar la reconciliación, desarmar los corazones y la palabra y evitar la polarización.

 Los encuestadores se equivocaron y de alguna manera tuvieron impacto en el resultado. La prensa también influyó y no de la mejor manera. Esta debe ser una oportunidad para reflexionar para reconsiderar cual debe ser su rol y su responsabilidad.

No es el momento para que “escuderos” y oportunistas de lado y lado sean tendenciosos generando más división, polarización y agresividad. No es el momento de individualismos. Aun cuando hay un ganador y un vencido numéricamente, no ganó nadie, pues una diferencia tan pequeña lleva a que Colombia gane si se muestra liderazgo, grandeza y humildad, para reconocer que nadie tiene la verdad revelada, pero que todos podemos contribuir de la mejor forma para lograrlo y que todo el mundo debe ser escuchado. Es un momento de buscar consenso, inclusión, concertación y transparencia, es el momento de demostrar que si queremos un país mejor y lo podemos lograr.

Se requiere más información y claridad en la misma. El permitir que los acuerdos estuvieran en internet no necesariamente facilitó el que la gente tuviera acceso a ellos, los leyera o tuviera la capacidad de hacerlo, o mejor aún, los entendiera. Esto evidentemente fue aprovechado por todas las tendencias para dar su mejor interpretación y “manejo” de los mismos. La campaña fue muy desafortunada, polarizada y agresiva de un lado y de otro. Se dividió al país. Si hubiera habido un real convencimiento para el SI o el NO, el margen hubiera sido mucho mayor a la diferencia de los 53.894 votos obtenidos por el NO. La pedagogía no se hizo acertadamente pues no se puede hacer campaña con fundamento en los odios.

Vivimos un momento delicado pero de una oportunidad enorme para todos. Es muy positivo ahora el que después de muchos años, quienes no se hablaban ya hayan logrado hacerlo. Si queremos encontrar la salida no hay que afirmarse en posiciones… hay que buscar intereses comunes. Las negociaciones no se realizan con quienes se está de acuerdo sino con quienes hay diferencias y la paz con el que se está peleando no con el que se está en buenos términos. Las posiciones pueden llegar a ser inamovibles, los intereses abren a negociaciones y acuerdo. Se lo debemos a los cerca de 250.000 muertos, 50.000 desaparecidos, 6 millones de desplazados internos y todas las otras víctimas que no se registran.

Más positivo aún, al cerrar la semana, es el que al Presidente Juan Manuel Santos se le haya otorgado el Premio Nobel de la Paz. Sin duda es un reconocimiento a la persistencia y perseverancia en la búsqueda una salida negociada al conflicto. Es un premio que nos debe hacer sentir a todos orgullosos. Es un reconocimiento al proceso y de alguna forma a todos los colombianos, a que en Colombia hay democracia, a que se le dijo no a ese acuerdo específico pero que queremos encontrar la salida para una paz estable y duradera.


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