Debido a la escasez mundial de mascarillas, muchas personas y empresas se han dedicado a fabricarlas de tela, para ayudar a los afectados por el COVID-19. Este es un claro ejemplo del denominado "pensamiento frugal".
Más allá de su eficacia real, las medidas adoptadas buscan resolver obligatoriamente una escasez que ha sacudido al planeta entero.
Es lo que se llama "jugaad" o "jugard", un concepto de innovación que parte de tres escritores indios: Navi Radjou, Jaideep Prabhu y Simone Ahuja. No tiene una definición exacta en español, pero puede significar "solución innovadora". Habla de la capacidad de los habitantes de zonas rurales de India para crear medidas efectivas con pocas herramientas.
Es lo que conocemos en español como frugalidad, según la RAE: templanza, parquedad en la comida y en la bebida. En otras palabras, una persona frugal es capaz de hacer mucho con poco. Esto es justamente lo que necesitamos ahora (y me atrevería a decir que siempre).
Y entonces, ¿cómo son los líderes frugales? Debemos entender que un líder frugal no busca soluciones pensando en lo que no tiene. ¡Al contrario! Mira a su alrededor y dice: "bueno, esto es lo que hay, y con ello busco soluciones".
Estas características le diferencian del resto:
Sabe adaptarse a las circunstancias. Ve los obstáculos y piensa: ¿cómo puedo darle la vuelta? Cuando piensas y actúas de manera flexible, estás abriendo tu mente a la posibilidad de encontrar soluciones eficaces, que quizás en otro tipo de entornos hubieran podido escapar de tu vista.
Hace mucho con poco. A los emprendedores nos venden la idea obstinada de que necesitamos una cantidad inmensa de dinero, un préstamo súper millonario, para sacar adelante nuestro proyecto. Y la verdad es que muchas veces podemos tener recursos más asequibles a nuestro presupuesto.