Recientemente nos hemos enterado, o incluso sufrido en carne propia, de muchos desastres naturales en este lado del mundo. Primero fue el huracán Irma, que arrasó y prácticamente acabó con pequeñas islas del Caribe, dejando una estela de destrucción hasta en Florida; luego vino el huracán José. Por si fuera poco, y casi al mismo tiempo, un terremoto de grandes dimensiones dejó cientos de muertos y miles de heridos en México y el huracán María azotó a Puerto Rico, causando inundaciones y quince muertos. Ha sido uno tras otro.
En cuestión de horas, o de segundos en el caso de un sismo, podemos perder todo lo que hemos trabajado en la vida y hasta la vida misma. Son tragedias humanas y materiales que no pueden evitarse, pero lo importante es aprender a sobrellevarlas, para que su efecto sobre nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra vida sea lo más leve posible.
Heaps y Melissa Brymer, directores del programa de terrorismo y desastres de la UCLA/Duke University National Center for Child Traumatic Stress, citados por CNN, nos brindan algunos consejos que quiero compartir contigo hoy, con la esperanza de que sean de utilidad:
- Mantenerse en contacto: Es importante mantener el contacto con otros seres humanos y con el mundo que te rodea. Mucha gente que experimenta un fuerte shock emocional tras un desastre natural tiende a encerrarse en sí misma. Debes mantener las relaciones interpersonales con tus seres queridos y con la comunidad para comprender mejor lo que está sucediendo.
- Cuidarse y volver a la rutina: Puede que sientas que debes sobrecargarte de trabajo, para reparar lo que has perdido, o ayudar en el proceso de limpieza y recuperación, pero es aún más importante cuidar de tu cuerpo y de tu mente en este momento. Asegúrate de comer correctamente. Haz lo posible por dormir lo suficiente. Igualmente, Brymer sugiere hacer lo posible por volver a la rutina tan pronto como sea posible, lo cual podría ser una señal de que estás superando el trauma.
- Procesarlo a través de cuentos: Tienes que hablar de tu experiencia, no te guardes las cosas. Ya sea de forma oral o escrita (en un diario), describe lo que viviste y expresa tus sentimientos y emociones.
- Aceptar otras maneras de adaptación: Cada uno tiene su propia manera de adaptarse y afrontar las circunstancias difíciles. No asumas que los demás, incluyendo los miembros de tu familia, sienten y reaccionan de la misma forma que tú. Si alguien necesita más tiempo para abrirse, dáselo y escúchalo cuando esté listo para hablar.
- Limitar la exposición: Tendemos a quedarnos pegados al televisor viendo todo lo que ocurre y queriendo saber hasta el último detalle. Brymer sugiere que la exposición continua puede provocar más ansiedad y preocupación. Entonces, limítala en la medida de lo posible.
- Practicar métodos de relajación: Debes practicar el método que funcione mejor para ti. Prueba la respiración profunda, la meditación, el canto, la oración. Esto te ayudará a reducir tus niveles de ansiedad.
- Echar una mano en cualquier forma que puedas: Heaps sostiene que "el servicio es una actividad terapéutica". Es importante aprender a aceptar la ayuda y de igual manera ayudar a los demás, más en momentos de tanta necesidad.