La atleta estadounidense Florence Griffith señaló en una ocasión que "no se fracasa hasta que no se deja de intentar". Son muchos los que han desistido en sus esfuerzos por mantener un estado saludable a través del ejercicio físico. Sin embargo, los estudios insisten en la importancia de hacer deporte todas las semanas para mejorar nuestra salud física y mental.
Un informe publicado por la revista científica "The Lancet" asegura que una hora de ejercicio diario contrarresta los riesgos que conllevan ocho horas sentado, sin actividad. Quienes laboran en oficinas, frente a sus computadoras, pasan muchas horas sin actividad física. Si visitaran el gimnasio, aunque fuese una hora al día, su rendimiento podría ser mayor.
Practicar deporte requiere una gran cantidad de tiempo y energía, pero vale la pena porque genera grandes beneficios, según los expertos:
- Reduce la presión sanguínea
- Disminuye el estrés
- Fortalece nuestros músculos y huesos
- Aumenta la autoestima
- Amplía la capacidad de respiración
De acuerdo con un estudio del psicólogo Hendrik Mothes, de la Universidad de Friburgo, saber cómo nos va a beneficiar el ejercicio, tiene un alto efecto en nuestro bienestar y reduce aún más la ansiedad.
Comenzar a hacer deporte es complicado, especialmente si no practicas la respiración activa. Esta función del cuerpo la realizamos automáticamente, pero con consciencia podríamos beneficiarnos más de sus ventajas.
El gran filósofo Aristóteles decía: "El aire es tu alimento y tu medicamento".
Si controlamos la respiración, podemos reducir la presión sanguínea. Esto nos producirá una sensación de calma y tranquilidad en situaciones de estrés. Por ejemplo, cuando se nos acumulen las tareas, o en días laborales muy difíciles.
Además de ayudar en el estrés y la ansiedad, el dominio de la respiración puede potenciar la atención. Según los especialistas, el cerebro se ve afectado en ciertas zonas que influyen en la información sensorial.
Una buena forma de practicar la respiración activa es la meditación. Así se eliminan las distracciones y la mente está en completa calma; nos mantiene en el presente y nos prepara para el futuro.
Como decía Alexander Lowen, médico y psicoterapeuta estadounidense, "cuando respiramos profundamente, es fácil sentir lo bueno que es el mundo, lo justo y lo hermoso. Estamos inspirados. Qué trágico es, entonces, que tan pocas personas respiren libremente y bien".